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Revista Pan Caliente

Cake Studio by Mily Pimentel; ¡Arte comestible!

Cake Studio by Mily Pimentel; ¡Arte comestible!
Septiembre 10, 2018
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"Mily Pimentel sonríe al recordar como el caprichoso destino logró unir su profesión con la elaboración de bizcochos, ella nunca lo pensó, simplemente le salía naturalmente cuando ayudaba a su hermana, en sus tiempos de universidad. "


Por: Comunicación Digital Levapan.

 

Hoy en revista Pan Caliente les traemos esta dulce historia de la mano de su dueña.

Pan Caliente: ¿Cómo nació su negocio?

Mily Pimentel: Inicié trabajando con mi hermana Mayra, ella inició con Brioches un negocio de Postres / Repostería, el cual tiene más de 20 años. En su caso tampoco era repostera, pero las dos desde niñas participábamos siempre en las elaboraciones de bizcochos y postres familiares con mi madre, quien siempre fue la tía que hacía bizcochos, y a cada uno le hacía una creación.

Luego los bizcochos que mi hermana llevaba al trabajo o le brindábamos a los amigos, se hicieron famosos, y todas las personas empezaban a preguntar y de ahí surgió Brioches.

En ese momento estaba estudiando Diseño de Interiores en la universidad, y también Artes, en La Escuela Nacional de Bellas Artes, de manera paralela ayudaba a mi hermana en la pastelería convencional, hacia los adornos para los bizcochos, pero como siempre he tenido el arte en primer plano, trataba de hacer adornos muy creativos y de complacer al cliente, según lo que iban ordenando, la tarea se hacía mayor y surgió una mezcla entre bizcochos, mi carrera y mi estilo.

Este negocio comenzó en mi casa con mi hermana de manera empírica, nunca pensé que estaría dedicada al mundo de la pastelería / repostería, y pasé a ser una eterna aprendiz, pues cuando ya estaba de lleno en el día a día, me di cuenta que tenía que perfeccionarme y aprender cada vez más técnicas diferentes para las preparaciones y creaciones.

Un “Hada Madrina” fue enviada a mi vida, Doña Pily!!! la conocí en Básicos, una tienda de diseño de interiores donde trabajé por varios años, y me regaló unas herramientas que desde hace mucho ya no utilizaba porque lo hacía de hobby, y ya no lo seguiría haciendo; fueron unos libros entre ellos, uno de la artista que se convirtió en mi favorita: Colette Peters, esto significó descubrir un tesoro.

Mi madre también coleccionaba los libros del Método Wilton de Decoración de Pastelería en los cuales me inspiraba y estaba familiarizada con los mismos.

Llegué al punto que tuve que dejar las labores que hacía de Diseño de Interiores y en Brioches, y así nace Cake Studio by Mily Pimentel, el cual ya lleva funcionando 18 años.

Siempre vi los bizcochos como una obra de arte, cada creación es algo único, eso lo sabemos los artistas.

Llegó el amor por este trabajo

A pesar que siempre estuve involucrada con los bizcochos, nunca pensé que me dedicaría a este trabajo, pero me enamoré, siempre estuvo de manifiesto en mis creaciones, que no trabajaba todo en azúcar, incluí nuevos ingredientes y técnicas, estaba atenta a las nuevas cosas, y con ganas permanentes de aprender, valiéndome de revistas, asistiendo a capacitaciones, me dediqué a aprender de esta nueva profesión y hoy en día lo sigo haciendo, siempre hay cosas nuevas, tendencias, modas, ingredientes, herramientas.

Me dediqué a aprender esta nueva carrera Cake Designer, y aún no termino de estudiar, ni de aprender, hay gustos nuevos, nuevas modas, nuevas tendencias y de eso me nutro cada día, pues a cada cliente hay que brindarle una obra única para un día específico, además como marca, hay que tener pendiente crear nuestro propio sello, que sea lo que trace la diferencia con respecto a todos los demás.

¿Por qué el nombre de Cake Studio?

El negocio empezó a ocupar mucho espacio de la casa, y luego tomamos la decisión de mudarnos, y dejar este lugar completo para el desarrollo del mismo, y como ya había más amplitud, coloqué mis maquetas en la parte delantera, lo tenía lleno de adornos e instrumentos para los montajes de los bizcochos, y de ahí surge el nombre como un estudio, un taller artístico enfocado a los pasteles: Cake Studio by Mily Pimentel, como una especie de estudio o galería con obras de arte.

¿Cómo hace el diseño para una torta?

En mi negocio cuando realizo una creación, llevo a cabo todo un proceso, hago un boceto inicial, un dibujo, primero la inspiración. Luego trabajo la construcción en sí de ese trabajo, tomando en cuenta la proporción, las perspectivas, la iluminación, y hasta cómo queda la fotografía, pues esa obra de arte será un punto focal (principal protagonista, después de la persona) en el evento en el cual va a estar y si quedó bien, así quedará en el recuerdo de los presentes.

Para mí, elaborar un bizcocho, es como tener un lienzo en blanco para crear algo de la nada, es una fábrica de sueños donde me toca interpretar y traer a la realidad esa ilusión que satisfaga tanto la vista como el paladar.

¿Qué tipos de diseño ha realizado?

Dentro de los trabajos que he realizado, he recreado bizcochos antiguos que tienen características únicas, muy elaborados, son cosas que jamás se van a sustituir como el string work o el lambeth. Hoy el mundo va a otro ritmo, hay muchas cosas nuevas que permiten y ayudan a que el trabajo sea un poco más práctico (no fácil), están por ejemplo las impresoras comestibles, antes había que pintar con pincel, aunque todavía se hace, encajes comestibles, el papel de arroz, la tela de azúcar, son recursos innovadores que brindan un efecto diferente.

¿Qué producto típico de repostería en Dominicana se mantiene aún con el paso del tiempo?

El bizcocho dominicano, es un producto que no se parece a ningún producto en el mundo entero, uno de los retos que tiene el repostero es hacer una masa suave y con mucha crema a la vez, y que se sienta el sabor del bizcocho de la abuelita, el bizcocho de la mamá, no todas las creaciones aguantan una masa tan suave. En el extranjero las masas siempre son más pesadas, pero el nuestro nos caracteriza.

¿Qué tipo de creaciones son las que más ordenan sus clientes?

Inicié con bizcochos de niños, y aunque no es lo que más realizo en estos momentos siempre que tengo la oportunidad de hacerlos es muy satisfactorio, pues cuando veo esa expresión espontánea en los niños, me llena de alegría. Los niños son una fantasía que me inspira para estar activa.

Los eventos para adultos están presentes en un porcentaje más alto. Los pudines de novias, llevan un mayor número de detalles, dedicación y más esfuerzo, pero es un evento tan especial que lo vale todo.

¿Cómo es el cliente Dominicano, qué quiere encontrar?

Es exigente, está acostumbrado a lo bueno y a lo espectacular, que sea una decoración bien cargada, majestuosa, que sea un punto focal en el evento.

Es un cliente que tiene muy claro lo que quiere, una de las cosas más importantes es que quiere impresionar, le gusta el espectáculo, tanto así que cuando vienen extranjeros a solicitar nuestros servicios, quedan impactados y lo hacen al estilo nuestro, hay algunos que tienen su estilo propio, pero aun así, se dejan asesorar.

Y como tendencia, las personas de manera general están inclinadas por la línea saludable. Estoy trabajando una línea vegan y baja en calorías. Lo que el cliente quiere es algo original, único, que llene sus expectativas.

¿Ha cambiado mucho el gusto de la gente con el paso de los años y por la visita constante de extranjeros?

Realmente el gusto ha evolucionado, pues siempre ha gustado lo bonito y lo espectacular, hay técnicas nuevas, herramientas y materiales permiten hacer cosas diferentes y en dominicana siempre queremos estar a la moda.

¿Las personas que se dedican a este oficio estudian o se aprende de manera empírica?

Es necesario estudiar de manera constante, en esta profesión, como en cualquier otra. También veo la necesidad de personas que inspiren, modelos a seguir, ya sea el dueño del negocio, figuras como las que están surgiendo en la industria con mucho talento y una amplia experiencia, que tengan ganas de enseñarle a las nuevas generaciones, y darle a la carrera de Cake Designer el lugar que tiene en el mercado. Es una carrera de mucho prestigio. Pero sin estudio no hay visión.

Ese es un compromiso que tengo de contagiar a mi generación a enamorarse del arte en la pastelería, de traspasar la información, de enseñarle al otro cual es la visión, de esta manera se logra un resultado diferente en conjunto. Elevar el nivel de la profesión como marca país. Se necesita el apoyo de los dueños de negocios, de las universidades e instituciones.

¿Qué consejos puede darles a los pasteleros que están comenzando?

• A la nueva generación les aconsejo que identifiquen lo que quieren hacer, que estudien, que se esfuercen por hacer todo en excelencia. Hoy día hay escuelas e institutos que ayudan a la formación para lograrlo. Además, qué practiquen muchísimo solo así van a ir mejorando y encontrando un sello propio.

• Asuman retos, porque es lo que permite avanzar, los impulsa a ser mejores cada día. Superarse a sí mismos cada vez.

• Usen ingredientes y materiales de la mejor calidad, no hay otra forma de hacer productos excelentes.

• Es importante amar esta profesión, ese factor interno es el que nos hace diferentes, si se hace obligado no va a ser satisfactorio. El arte no se hace obligado, el arte es una gracia que conjuga la técnica con el talento.


“Las manos son el sello de cada artista y cada creación es el reflejo de su alma y corazón, solo así valdrá la pena su esfuerzo y dedicación” – Mily Pimentel.



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